Este post es el primero de una serie de once, en la que recopilo textos (los primeros cinco fueron subidos originalmente a ig) y material de archivo en torno a cada una de las canciones de ‘Recordar/ Volver a pasar’.


Nunca tires tus viejos cuadernos.
No se puede con todo.
Hago dibujos porque no entiendo nada.

‘Nombrar’ es quizá una de las canciones más representativas del proceso de creación de Recordar/ Volver a pasar. Siento que, más que compuesta, fue ensamblada o cosida, a partir de escritos fragmentarios de los meses posteriores a la muerte de mi viejo. Siempre me pareció que esa forma de construcción se asemeja -aunque con otra materia prima y procedimientos- al patchwork, analogía que me gusta especialmente porque me hace pensar en los acolchados sensibles que confecciona mi amiga Emilia, mentora y fuente de inspiración fundamental para la existencia de este disco, y autora de los dibujos de las tapas. 

Ese ensamblado me tomó mucho, mucho tiempo. Nunca me tomó tantos años dar con la forma definitiva de una canción. Obviamente estuve cerca de abandonar la tarea varias veces… Me veo sentada mirando el papel (probablemente alguno de los borradores de las fotos) no encontrándole la vuelta, sintiéndome terca y estúpida, porque ¿para qué seguir intentando con esta cosa extraña y difícil de cantar?, si total ¿qué valor puede tener esto, que sólo me interesa a mí? 

Me doy cuenta de que el tiempo es el condimento esencial, los años en que hice otras cosas mientras esas palabras -y las melodías que ellas me insinuaban- quedaron macerando, pacientes. Con el tiempo, y por la propia insistencia de algo que paradójicamente no sé si puedo nombrar, pero que intuyo se parece a fuerza de la vida que quiere seguir viva, llegó la certeza de que -aún si fuera cierto que esto sólo me interesaba a mí- contar y cantar esta historia era importante. Lo sentí el día en el que finalmente pude tocarla de principio a fin, entendiendo sus cambios de humor, sus pausas, su épica. Lo sentí durante el proceso de ensayo previo a la primera sesión de grabación, en la primavera de 2020. 

Grabé las guitarras de casi todas las canciones de este disco los días 24 y 25 de octubre de ese año, en sincronicidad con el que hubiera sido el cumpleaños n° 80 de mi papá (el 25). Guli me grabó, y fue indispensable, fue una de las pocas sesiones en las que tuve asistencia. No habría podido dejar plasmados esos cimientos de un tirón estando sola, y tener a alguien de tanta confianza sentado en las perillas fue importantísimo. Decoré la sala con fotos y velas, y los cuadernos. Me preparé mucho para llegar bien a esa sesión, la concentración fue total. 

A partir de ese momento, cada elemento fue introducido con la misma paciencia antes invocada para darle forma. Una de las primeras personas a las que convoqué fue Juani, que entendió todo. Si el disco es una obra de teatro, siempre tuve claro que el bandoneón iba a ser un personaje importante: un espectro de la memoria emotiva rioplatense. Así se lo transmití, y a partir de nuestras charlas, y de algunos audios con melodías cantadas, Juan armó sus arreglos fantásticos. La bata la tocó Guli, con el pedido específico del redoblante marcial en la parte que casi parece un estribillo (y es algo así como un eco del estribillo de Un minuto, por si no lo habían notado). La batería y los platos de Melli embellecieron, se vinieron con Lucas desde Bernal para prestárnosla. El piano lo grabó Flor en el estudio de Euge Reynal, sentí que se necesitaba un piano de verdad, y que lo haya tocado ella me hace bien. El bajo también lo tocó Guli, me rescató después de varios intentos frustrantes y sacó de la galera el motivo espectacular de la parte B. Por último, se sumó Bruno con esos cellos beatleros, y así quedó coronado el equipo de sensibles de esta canción. 

Para concluir el relato de la grabación, puedo contar que, gracias al tutorial de YouTube de Ale Sergi, desde años grabo las voces por triplicado, y las grabo sola. Es un momento de máxima entrega, placer, concentración y neurosis que comparto conmigo. Hay nueve canales de voces entre la principal y los coros de ‘Nombrar’, y los grabé completos tres veces. Ni una sola de las 27 tomas fue en vano. 

Abro una página al azar de mi cuaderno de 2017 y leo dos frases, que estoy segura de haber escuchado o leído por medio de Paloma Todd: 

“El universo está hecho de historias, no de átomos” – Muriel Rukeyser

“No hay mayor agonía que llevar una historia no contada dentro de ti”.Maya Angelou