Atender el llamado

“Ese no es mi papá”, le dije a la mamá de mi compañerito, y así como lo dije di media vuelta y seguí meneando la cola.  Por lo que me contaron, asumo que la anécdota tuvo lugar en algún momento de 1989. Yo estaba en sala de tres y mi hermano Lucio había nacido pocos...