Este post es el quinto de una serie de once, en la que recopilo textos (los primeros cinco fueron subidos originalmente a ig) y material de archivo en torno a cada una de las canciones de ‘Recordar/ Volver a pasar’.


Cosas sobre la memoria, el olvido y la mar en coche.

Una canción que traduzca mis pensamientos, o mejor: ¿qué tal si fueran mis pensamientos literalmente musicalizados? Mis pensamientos en ese momento. ¿En qué momento, señora? En ese momento, una de esas noches, esas tardes y esos días de acompañar, de tomar mate y tocar la guitarra al costado de la cama/ bunker de mi viejo, en esa habitación cuyo número no recuerdo, pero tal vez era 105, o 106. En el primer piso de la clínica San Camilo, ¿o era el segundo? Puede haber sido, pero no más que el segundo. Yo cambiando treinta veces de posición en el intento de dormir en el sillón de cuerina al costado de su cama, en la que lo vi: dibujar, escribir, photoshopear, diagramar, inventar proyectos, recibir numerosas visitas, charlar hasta altas horas de la madrugada, tomar a regañadientes aceite de cannabis conmigo, comer la bazofia que le servían y las delicias que le traíamos a escondidas, cantar, mear en el papagayo, escabiar, rezar, tener miedo, emocionarse, enojarse, llorar. Y morir, sí, pero yo no lo vi morir. 

Escribo situándome ahí, sin pensar. Escribo y tacho, escribo y dibujo, escribo y no me imagino acordes para lo que escribo. Que sensación rara. Sé que esto lo pensé, sé que es literal, tomé dimensión en ese momento: “toda la vida te voy a extrañar”. ¿Dónde queda ese “mejor lugar”? En un costadito de la hoja me respondo: “un bosque entre montañas, hay un río, es verano.” Me dijiste que ibas a salir de ahí, que te ibas a reponer y que íbamos a hacer un viaje. No incluyo nada de eso en la canción.

Como me costó entenderte, SanCa. Casi te suelto… y ahora te amo. Fueron los arpegios los que me cautivaron. O tal vez fue no encontrarte la vuelta, el desafío de resolverte como si fueras un acertijo. Creo que terminé de entenderte esa noche en la que, sentada en la compu del estudio, pude armar exactamente las programaciones que me había imaginado, justo lo que hacía falta para avanzar, para que el dolor no se empaste: subdivisión, chk t chk t chk. ¡Qué placer tan hondo ese pequeño gran paso! Traducir mis pensamientos en forma de música, samples y delays, o mejor, ¿cómo suenan mis pensamientos en la grilla del Logic? 

Párrafo aparte merecen el bandoneón de Juan Pérez, el cello de Bruno D’Ambrosio y la batería de Guli, que como quizás sabrán también mezcló y masterizó. Gracias por interpretar tan bien indicaciones del estilo “es como si una persona tambaleante no terminara de caerse y chocara contra una cosa, y luego otra, y otra”. Gracias, sobre todo, por emocionarse conmigo.

Un correo de 2020 de mi dealer de marco teórico y amiga, Emilia Molina, 
compartido aquí con autorización de la remitente.

Tenía muchas ganas de hacer un videoclip de San Camilo, y tuve la suerte de que a Lola Piñero le encante la idea y me diga que sí. Nos propusimos una tarea parecida, pero diferente: traducir el proceso mental que la canción refleja, el monólogo interior que va saltando de un pensamiento a otro porque así funcionan nuestras afiebradas cabecitas, pero sin hacer alusión directa a nada de lo que la canción nombra. Le conté a Lola todo lo que pude acerca de lo que fuimos charlando a lo largo de estos años con Jose (Chevalier) y Emi (Molina) acerca de las operaciones de la memoria, y a la semana cayó con toda esta magia en mente. Era desafiante sumar otra pieza a un proyecto que ya tenía su universo preexistente de códigos, símbolos, diverso y abundante material de archivo, y los dibujos/ collages de artes de tapa, y siento que ella logró surfear con belleza y poesía ese desafío. Desde el minuto uno me sentí en buenas manos y eso me llevó a confiar en la sensibilidad de todes les involucrades, lo cual quedó comprobado el día de rodaje, y plasmado en un video que ahora amo tanto como a la canción. Agradecida con cada uno y cada, y con Gala Magalí que aportó su magia para tender otro hilo conductor al disco con las animaciones.

Por último, me parece importante mencionar que nada de todo esto se podría haber hecho sin el apoyo directo de las personas que adquirieron el disco antes que nadie, el año pasado. Sepan que ustedes financiaron directamente la existencia de este video. Espero que les guste tanto como a mí.